viernes, 4 de febrero de 2011

Manuel Hedilla: cuarenta y un años después

COLECTIVO 33 | Manuel Hedilla (1902 - 1970). Nació a principios de un siglo convulso, entre la montaña y el mar, en la cuna de España, en una tierra que ha entregado lo mejor de sí a la patria.
Era un trabajador, un sindicalista nato, un camarada leal, en definitiva, era un hombre bueno y de profundas convicciones religiosas.
Un hombre que pagaría muy cara su lealtad a La Falange y a José Antonio. La juventud y la energía revolucionaria de la primera falange eran un peligro para ciertos sectores reaccionarios, y por tanto, tenía que ser neutralizada y domeñada.
Serrano Suñer fue el encargado de realizar tan penosa tarea, el gran traidor, el hombre que entregaría a Franco en bandeja de plata la cabeza de La Falange. Él fue el que urdió hábilmente una telaraña de mentiras, infamias y difamaciones, con el objeto de ahogar en el silencio más absoluto a la poesía revolucionaria.
La hora de los traidores estaba cerca, agazapados estaban esperando su ocasión. El día 16 de abril, alzaron ya la cabeza, lanzando al viento falsas acusaciones y dando un golpe de estado en el seno de La Falange. Hedilla intentó el dialogo, pero fue imposible, porque los traidores nunca quieren negociar. El Consejo Nacional le elige por una aplastante mayoría como sucesor de José Antonio, y es nombrado II Jefe Nacional.
El 19 de abril se hace público el Decreto de Unificación, (contrario al punto programático 27) y el día 22, Franco firma el Decreto número 266, mediante el cual se crea el Secretariado o Junta Política. Y a Hedilla se le ofrece el cargo de máxima responsabilidad, pero él siendo fiel a sus principios, lo rechaza.
A partir de esta fecha, Hedilla y sus colaboradores pasan por un rosario de detenciones, condenas, consejos de guerra y penas de muerte, aunque posteriormente éstas fueran indultadas o rebajadas.
Tras dos consejos de guerra y dos condenas a la pena capital, una es rebajada a 20 años de prisión y la otra indultada, Manuel Hedilla pasa de Salamanca a Cádiz, y de allí, a su reclusión definitiva en la celda número 7 de la Prisión de Las Palmas de Gran Canaria.
Tras casi cuatro años de condena, su vida transcurre en el silencio y en la soledad más absoluta, olvidado por casi todos, abandonado a su suerte, y con graves problemas de salud y de nutrición.
El 18 de julio de 1941 le es conmutada la pena que le restaba por cumplir por la pena de confinamiento. Se traslada a Palma de Mallorca, donde vive austeramente, pasando serios apuros económicos, ya que su mujer es internada en un sanatorio mental, y a duras penas puede correr con los gastos y mantener a su familia.
Al poco tiempo fallece doña Elena, su mujer, maldiciendo con ira el nombre de Serrano Suñer en los momentos de mayor exaltación de su demencia, porque fue él el principal causante del atropello que se había cometido en la persona de su marido.
En 1946 se le levanta el confinamiento y se traslada a vivir a Madrid. En 1947 es indultado totalmente. En 1949 contrae segundo matrimonio, de cuyo enlace nacen tres hijos.
Aunque su vida corre en silencio y apartada de la política, se involucra en diversos proyectos falangistas, siendo el del Frente Nacional de la Alianza Libre en 1968, el más destacado.
El día 4 de febrero de 1970 fallece en Madrid. Posteriormente es enterrado en el cementerio de Denia (Alicante).
Mi mayor respeto y admiración hacia la figura de D. Manuel Hedilla Larrey, un hombre íntegro, leal y de principios, y mi mayor desprecio hacia los traidores, oportunistas y cobardes.
Este es mi pequeño homenaje camarada, seguro que ahora, que ya has alcanzado la gloria, ves que todo tu sufrimiento no ha sido en vano.
Autor: J.Q.S.

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