viernes, 16 de marzo de 2012

La banca siempre gana y los españoles siempre pierden


Se me ha ocurrido echar un breve vistazo a la prensa económica para rastrear cuál es el balance de los bancos españoles. Yo esperaba, siguiendo la imagen que a veces se nos da, balances negativos, pérdidas y demás daños colaterales producto de esta crisis, de origen básicamente especulativo-financiero, relacionada directamente con la banca. Sin embargo, después de oír el quejido lastimero de la banca me encuentro con el hecho de que, en plena crisis, los balances de 2011 se cierran para las cinco primeras entidades españolas con el pequeño beneficio neto de 10.197 millones de euros. Lo que dados los tiempos de crisis no está nada mal. Cierto es que el argumento pedigüeño de las plañideras monetarias es rigurosamente exacto: sus beneficios han caído aproximadamente en un 32% con respecto al año anterior y esto, para ellos, resulta inasumible.

Tengo la impresión, porque no tengo datos fidedignos ni bola de adivino, que cuando, probablemente tras una casi una década de sacrificios, abandonemos el escenario de crisis entrando en una nueva fase económica expansiva, los grandes bancos habrán salido enormemente favorecidos de esta coyuntura, con un increscendo increíble de beneficios y un proceso de concentración bancaria, con la eliminación en el camino del viejo sistema de Cajas de Ahorro, que les habrá hecho mucho más ricos y también más poderosos porque ellos forman parte de esa nebulosa oculta que llaman los mercados.

Leo que, por ejemplo, en plena crisis, tras todas las provisiones y dotaciones para cubrir las nuevas exigencias, la morosidad y eso que llaman “activos tóxicos” (un parque de viviendas que acabará revalorizándose pues seguirán cobrando la deuda hipotecaria y procederán a una venta controlada y vinculada), el Banco de Santander obtuvo en 2011 la nada despreciable suma de 5.351 millones de Euros; el BBVA unos 3.000 millones; CaixaBank 1.053 millones; el Banco Popular 479 millones y Bankia 309 millones. Y mientras logran esos beneficios el crédito continua bloqueado, las condiciones reales para el préstamo endurecidas, las comisiones en cuarto creciente… y, naturalmente, a ningún gobierno se le ocurrirá ponerles algún que otro impuesto especial.

Para nadie es un secreto que la Banca está haciendo el negocio del siglo, aun cuando los resultados sean según su particular criterio bajos en esta primera fase. La Banca se está beneficiando de un dinero barato que después coloca invirtiendo en deuda o en préstamos a alto interés. Así, un dinero que debiera ir a las empresas y familias para reactivar la economía acaba siendo desviado hacia el gran negocio de base especulativa. Dinero que están recibiendo al 1% y que ellos colocan en créditos que van del 5% al 17% porque una vez que el metálico está en la caja es difícil diferenciar.

La voracidad bancaria es increíble y ha encontrado la bicoca de ser la administradora del dinero público que proviene del Instituto de Crédito Oficial, haciendo negocio con el dinero de todos los españoles merced a concesiones que recuerdan a las viejas concesiones fiscales del rey a los nobles en los tiempos del feudalismo.

Puestos a inventar “productos” parce ser que al viento de la decisión del gobierno de acabar con la morosidad de la administración pública, que también está asfixiando la economía, a través del Fondo para la Financiación de los Pagos a Proveedores, los bancos han encontrado una nueva fuente de negocio comprando masivamente la deuda a los proveedores y pagándolas de inmediato con un descuento global del 8% al 10% aprovechándose de la situación y de la necesidad de financiación que tienen las empresas, lo que sumarían al 5% de interés que tendrán que pagar las administraciones por los créditos con los que pagarán esas deudas, parte de las cuales habrán comprado los bancos con descuentos. Y por si fuera poco, para participar en la iniciativa del gobierno, la Banca podrá hacerse con más fondos de los librados por el BCE a bajísimo interés, que podrán seguir utilizando para hacer negocio con los vaivenes de la deuda. Y todo ello pagado por el contribuyente.

No va a ser suficiente porque el siguiente sacrificio que exigirán las vestales bancarias serán las compensaciones para aceptar la “moratoria” hipotecaria para las familias que no pueden pagar por efecto de la crisis. Un modelo que tal y como se ha planteado está lejos de su objetivo y más parece un sistema pergeñado para que los bancos continúen ganando dinero e incrementando su cuenta de beneficio esquivando los enojosos e impopulares desahucios y tratando de reducir la presión existente a favor de la necesaria dación en pago. Una banca que acumula un parque de viviendas impresionante, pero que prefiere no poner en circulación mediante fórmulas de alquiler-venta porque, a la larga, serán una garantía para la captura de nuevos clientes esclavos de su propia red de préstamos.

Sorprenden estos hechos cuando uno de los problemas de la economía española es la estrangulación del crédito para empresas y familias. Sorprende -o quizás no tanto- que el gobierno no incluya entra las posibles opciones el desarrollo de una banca pública y la gestión por parte de la misma de los créditos ICO lo que daría veracidad al papel social que debe tener el crédito. Pero ya se sabe que función social y capital son términos que hoy por hoy casan mal en el lenguaje de los demiurgos del mercado y sus sayones bancarios.

Autor: Francisco Torres

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