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| Fernando Ferrín Calamita |
El juez magistrado Fernando Ferrín Calamita conoció el pasado lunes 25 de febrero que el Gobierno le denegaba el indulto.
Condenado por prevaricación por tutelar el interés de una niña en un caso de adopción por una pareja de lesbianas, este juez de Familia, casado y padre de familia numerosa, ha sido apartado de la carrera judicial durante diez años.
El juez Ferrín recibió una escueta respuesta del Ministerio de Justicia, denegándole el indulto. No se exponen las razones de esta decisión.
El rechazo del Gobierno contrasta con medidas de gracia polémicas, concedidas recientemente: el indulto a los mossos de escuadra condenados por un delito de torturas, el indulto a dos políticos de Unió Democrática de Catalunya condenados por corrupción, o el del conductor kamikaze condenado a trece años de cárcel por causar la muerte de un joven y cuyo abogado defensor es hermano del exministro de Justicia, José María Michavilla, y trabaja en el mismo despacho jurídico que el hijo del ministro Gallardón.
La clave de que Ferrín Calamita no haya tenido tanta suerte como ellos puede ser que ha topado con la ideología de género.
Su persecución judicial ha sido feroz y ha estado plagada de anomalías.
El proceso que acabó en su condena ni siquiera disimuló su farsa: al juez Ferrín le anunciaron su condena antes incluso de ser juzgado, le ofrecieron un archivo a cambio de que se fuera de Murcia, investigaron en su vida familiar y privada, le presionaron lo indecible para que arrojara la toalla y cambiase de juzgado, de ciudad y se tomase unas largas vacaciones...
Es peligroso topar en España con la ideología de género, una suerte de "religión sustituta", como llama George Steiner a las sucesivas ideologías que aspiran a ocupar el lugar de la religión a lo largo de los siglos XIX y XX.
La ideología de género tiene sus dogmas y, sobre todo, sus celosos guardianes.
Ferrín Calamita es el primer chivo expiatorio de relevancia pública provocado por esta nueva forma de tiranía.
Su persecución y su condena sin miramientos ni escrúpulos procesales eran necesarias porque son ejemplarizantes.
Emiten un claro aviso de que, en la nueva sociedad basada en la ideología de género, sus dogmas son una cosa muy seria.
La persecución injusta y feroz de Ferrín es el campanazo resonante de un nuevo tiempo en el que la libertad de conciencia y de expresión, la igualdad de hombres y mujeres y los derechos individuales estarán a lo que dicte la nueva tiranía ideológica y tendrán la extensión que sus guardianes quieran.
Pide su indulto pinchando aquí: http://www.hazteoir.org/alerta/50911-...
Condenado por prevaricación por tutelar el interés de una niña en un caso de adopción por una pareja de lesbianas, este juez de Familia, casado y padre de familia numerosa, ha sido apartado de la carrera judicial durante diez años.
El juez Ferrín recibió una escueta respuesta del Ministerio de Justicia, denegándole el indulto. No se exponen las razones de esta decisión.
El rechazo del Gobierno contrasta con medidas de gracia polémicas, concedidas recientemente: el indulto a los mossos de escuadra condenados por un delito de torturas, el indulto a dos políticos de Unió Democrática de Catalunya condenados por corrupción, o el del conductor kamikaze condenado a trece años de cárcel por causar la muerte de un joven y cuyo abogado defensor es hermano del exministro de Justicia, José María Michavilla, y trabaja en el mismo despacho jurídico que el hijo del ministro Gallardón.
La clave de que Ferrín Calamita no haya tenido tanta suerte como ellos puede ser que ha topado con la ideología de género.
Su persecución judicial ha sido feroz y ha estado plagada de anomalías.
El proceso que acabó en su condena ni siquiera disimuló su farsa: al juez Ferrín le anunciaron su condena antes incluso de ser juzgado, le ofrecieron un archivo a cambio de que se fuera de Murcia, investigaron en su vida familiar y privada, le presionaron lo indecible para que arrojara la toalla y cambiase de juzgado, de ciudad y se tomase unas largas vacaciones...
Es peligroso topar en España con la ideología de género, una suerte de "religión sustituta", como llama George Steiner a las sucesivas ideologías que aspiran a ocupar el lugar de la religión a lo largo de los siglos XIX y XX.
La ideología de género tiene sus dogmas y, sobre todo, sus celosos guardianes.
Ferrín Calamita es el primer chivo expiatorio de relevancia pública provocado por esta nueva forma de tiranía.
Su persecución y su condena sin miramientos ni escrúpulos procesales eran necesarias porque son ejemplarizantes.
Emiten un claro aviso de que, en la nueva sociedad basada en la ideología de género, sus dogmas son una cosa muy seria.
La persecución injusta y feroz de Ferrín es el campanazo resonante de un nuevo tiempo en el que la libertad de conciencia y de expresión, la igualdad de hombres y mujeres y los derechos individuales estarán a lo que dicte la nueva tiranía ideológica y tendrán la extensión que sus guardianes quieran.
Pide su indulto pinchando aquí: http://www.hazteoir.org/alerta/50911-...
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