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| Cesáreo Jarabo y Francisco Torres |
El día 15 de Junio ha tenido lugar en Castellón la
presentación del libro “EL ÚLTIMO JOSE ANTONIO”, escrito por el profesor Francisco
Torres García, catedrático de instituto.
El autor, que ha desarrollado una profunda investigación
basándose en documentos inéditos, ha aclarado algunos puntos de interés sobre
los últimos momentos del gran pensador José Antonio Primo de Rivera.
Un hombre que, proveniente de la alta aristocracia, con una
vida resuelta desde su cuna, no dudó en abandonar sus privilegios para levantar
una doctrina social y patriótica que acabaría costándole la vida en trágicas
circunstancias.
Los documentos originales tratados por el autor, al alcance
de cualquier investigador, derrumban los mitos que cubrían el proceso y muerte
de quién para algunos es ejemplo de vida y ejemplo de entrega por la Patria.
Las argucias del tribunal, conforme nos cuenta el autor,
posibilitaban que el jefe de Falange Española no fuese condenado a muerte. No
obstante, la cicatería y la falta de humanidad que envolvió el proceso se
sobrepuso a la necesidad que tenía la república frentepopulista de aparentar
justicia.
En aquellos momentos, nos cuenta el autor, la alarma
internacional creada como consecuencia de los crímenes del régimen marxista
imponía la necesidad de un juicio que aparentase unas mínimas garantías, y así
ocurrió, pero las conclusiones del jurado popular desatendieron las pruebas
presentadas y llevaron a efecto en José Antonio la directriz marcada de
eliminar físicamente a las élites dirigentes de la oposición al régimen.
José Antonio, en los últimos momentos de su vida dio
muestras de la grandeza de espíritu que lo conformaba. Perdonó a quienes lo
asesinaban y en un emotivo abrazo al presidente del tribunal, le dijo un
lacónico “lo siento”, conociendo que no era la voluntad del magistrado condenar
a muerte a quién estaba destinado a ser un pensador social y político de gran
envergadura.
Preguntado por el hecho de que confesase en la noche del día
19 de Noviembre, el profesor Torres ha aclarado que eso fue posible gracias que
el escándalo internacional producido por las persecuciones y genocidios
cometidos por la República, los moderados habían conseguido suavizar algo el
terrorismo de estado. No obstante, el sacerdote también sería fusilado.
El autor demuestra, documentalmente, que la pretendida
inocencia del gobierno democrático es una falacia, incluida la supuesta
oposición al crimen por parte de Indalecio Prieto y de Largo Caballero.
En definitiva, la figura de José Antonio resurge viril,
cristiana, española, víctima del rencor y de la tiranía, ahogado de dolor por
el enfrentamiento fratricida que en esos momentos sufría la Patria.
Un excelente trabajo que, lejos de señalar como “último” el
aporte del profesor Torres, anima a que nuevos investigadores sigan
profundizando en un personaje de vital importancia para España: José Antonio
Primo de Rivera.
Crónica: Cesáreo Jarabo Jordán
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